Prueba de cerdo como antaño

Ahora que sin amenazar al médico sé que no tengo reúma, que el ácido úrico me va a hacer menos daño que la estocá que me metió "er niño de los análisis" y a los triglicéridos los tengo acorralaos con los ésteres etílicos, me he zumbao un platillo que bien pudiera dejar en paro al dietista mas pintao.
En cada zona lo llaman de manera diferente, zorza, chichos o picadillo y por estas tierras lo llamamos PRUEBA DE CERDO, que sin desmerecer otros nombres, éste me parece mas auténtico porque va al grano de lo que realmente es. Y es que la prueba no es otra cosa que la carne preparada para embutir los chorizos en las matanzas, que antes de meterse a faenarlos se probaba para saber si estaba bien condimentada.
Además me la he trabajado como realmente se hacía antes, he picado la carne A CUCHILLO, añadido sal y amasado con las manos. Después agregué el ajo que el estómago y la razón me permitieron, y lo amasé bien con las manos. Añadí un buen viaje de aquel orégano que aun recuerda mis riñones, y amasé con las manos. Y por último, añadí -sin pasarme- ese pedazo de oro en polvo que es el pimentón de La Vera y amasé con las manos.
Como si fuera a hacer chorizos, dejé la carne de un día para otro, la atemperé durante 3-4 horas y por último la volqué sobre una sartén de hierro no apta para vitrocerámicas con el máximo de calor posible. Salteé con un poquito de aceite brevemente, mientras rogaba al Dios de los cochinos para que no se le escaparan los jugos.
Y esta tierna y jugosa carne, la coloqué sobre un lecho de pimientos rojos y verdes fritos, patatas fritas y tres güevos fritos, todo ello acompañado de un buen pan traido del pueblo y mi nueva medicina de polifenoles para bajar el colesterol, que viene presentada en forma de botella de vino.

Esta presentación fue la única licencia que me permití en desvirtuar la auténtica prueba, nada de esas zarandajas de echarle vino, aceite, cebolla, pimiento, etc., Qué coño! desde cuando al chorizo se le ha añadido esos ingredientes?. Además la hice con carne de aguja, al menos en mi casa que eramos mas pobres que las ratas, los lomos y los jamones los utilizábamos para otros menesteres mas gratificantes.

Pd. Dedicado a ese médico inconsciente que insinuó ponerme a dieta y me llamó comilón sedentario: ¡ Qué sepas que yo también he encontrado una dieta para ti, bribón !

3 comentarios:

Antonio Lopez dijo...

joder no paro de reir jajajaj
espero que tu medico bloguee jeje
no conocia ese nombre, prueba de cerdo, aqui se llama picadillo, pero me encanta, muy apropiado.
lo demas sobran las palabras, ese plato....que mayor placer hay?????

Paco Becerro dijo...

Un plan estupendo. Huevos, pimientos y prueba, fantástico.

Si el pan es bueno, auguro más de media barra en mojes de yema, zorza, y/o a modo de cuchara comestible.

Yummmmm

Paco Becerro dijo...

Acabo de poner unas "aburridas" carrilleras al vino tinto sin pijama a rayas ni nada...