Y es que este tema de las vacas locas, lo suelen tratar informativamente hablando, aquellos que por su deber debieran informarse antes. Ahora, vuelve a la carga el periodismo con una voz de alarma mas que preocupante, pero no por el problema en sí de las vacas locas, sino de cómo lo enfocan. Nos dicen que han muerto dos personas por el mal de las vacas locas, sabiendo que pudieron contagiarse antes de entrar en vigor todas las estrictas medidas actuales respecto a la carne de vacuno, pero no informan, ni creo que lo hagan, de cómo realmente funciona este tema para que la gente se tranquilice, ya que a día de hoy va a resultar imposible que nadie se contagie. Ya que estamos con las alarmas, también podríamos decir, por ejemplo, que la tinta de los periódicos es altamente tóxica ya que contiene altos índices de plomo. También podríamos decir que los políticos son realmente tóxicos, como aquel/aquella, que como solución daba la de hacer los caldos con espinazo de cerdo en vez de ternera. Copón, que panda!
Esta mañana, mientras desayunaba con mi familia alrededor de la mesa de la cocina, y escuchaba la radio, no he podido reprimir una cierta congoja y nudo en la garganta. Miro atrás, como siete años aproximadamente, y veo como mi bolsillo disminuía en relación inversa a como cogía kilos yendo por los restaurantes y comiendo chuletones a diestro y siniestro, para poder demostrar que no pasaba absolutamente nada. Hubo un restaurante que me daba una mesa donde me podían ver todos los comensales zampar la carne que les vendía. Y me veo ahora, con una inestabilidad de mercado preocupante, con un creciente porcentaje de impagados y con la palabra crisis mascullándose constantemente. Y es que creo que hay palabras, que el periodismo debería de tratar con sumo cuidado.
Ya que no lo vais a ver por ningún sitio, ni se van a preocupar de trabajárselo, os pongo un pedazo de enlace para que comprobéis que la exigencia es máxima.
Pinchad en TRAZABILIDAD y después a VER REPORTAJE
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