Resaquil, medicina popular.

Sentir las explosiones de tus neuronas una a una, conocer donde está cada intestino, desarrollar la capacidad de medir la voz en decibelios y saber distinguir cada músculo de tu cuerpo, son las armas que ha creado Doña Resaca para anunciarte su presencia y que tu compartes habitualmente con ella entre el sofá y el cuarto de baño.
Aunque la medicina avanza cosa mala, parece ser que los investigadores no se han tomado una copita de mas en su vida o que los laboratorios médicos, lejos de ver uno de los mejores negocios de todos los tiempos en un perfecto “resaquil” prefieren ganar dinero calentándonos la entrepierna, claro, no todo el mundo bebe pero si todos tenemos el aparatito de pis.
Par combatirla, os ofrezco mis dos métodos a seguir, fruto del sufrido estudio popular a lo largo de la historia. El primero, el de mi padre, que siempre me decía aquello de “anda que si estuvieras haciendo haces de trigo” o el de mi amigo “esto haciendo un hoyo con pico y pala …” y a los que les doy toda la razón, sudar ayuda pues eliminamos toxinas a espuertas, aunque también es verdad que es muy cansado.
Y el segundo es la famosa ensalada de limón.

El limón neutraliza las toxinas y ayuda a eliminarlas, a la par que refuerza la función protectora y antitóxica del hígado, hasta tal punto que tengo entendido que a los enfermos de este órgano les aconsejan desayunar limón con aceite untados en pan.
Para realizar esta ensalada, partimos limón en trozos, le añadimos güevo cocido y como uno es un inconsciente, sino mírate la resaca que tienes, se le añade un poquito de chorizo, patatera, fuet o lo que tengas a mano, para acabar con un buen chorreón de aceite de oliva virgen.

Se mezcla todo bien, te armas de pan y tenedor, y te pones cual buitre de los primeros a pinchar, pues a la que descuides no catas el chorizo y el güevo y te jartas de limón con pan.
Y ¡ala! te duchas y ya estás de nuevo en circulación.

1 comentario:

eu93 dijo...

A mi me va mejor el spidifen, pero oye, que la próxima pruebo lo del limón